jueves, 6 de mayo de 2010

Entrevista a Rodolfo Miralles. Cirujano dentista, especialista en Fisiología Oral.


Egresado de nuestra facultad. Ha trabajado con fonoaudiólogos hace años, haciendo investigaciones y una cantidad inmensa de publicaciones y papers. Hasta el día de hoy le apasiona lo que hace y tendremos el agrado de tenerlo en nuestras aulas cuando nos haga clases de fisiología.

¿A qué se dedica su especialidad?

El área orofacial juega un rol muy importante en muchos aspectos de la vida del individuo. Antes se miraba esto como el aparato masticador, que sólo servía para masticar, triturar el alimento, formar el bolo alimenticio y después transportarlo desde la boca a la nasofaringe, esófago, estómago…, pero con los años después se empezaron a dar cuenta de que uno puede hacer distintos niveles, como la cavidad bucal, el sistema estomatognático, la unidad craneocérvicomandibular, o sea va creciendo, y después viene el individuo con la biomecánica corporal y uno va agregando cosas como el modo respiratorio, etc. Entonces, volviendo al punto, existía esta región orofacial que pensaban que servía sólo para masticar, pero después se dieron cuenta de que una función muy importante es la deglución, tragar alimentos, tragar líquidos, tragar saliva. Esta función empezó a tener mucha importancia porque afectaba de forma muy frecuente en la población una manera de tragar anómala, alterada, que es la que suele llamarse deglución infantil o deglución con interposición de lengua o con empuje lingual, que son cosas que no se deben ver en un niño de más de tres o cuatro años, en general. Pero hay una cierta edad en que tenemos una forma de tragar que llamamos deglución adulta o deglución somática; entonces se empezaron a dar cuenta de que esta manera de tragar que no siguió en crecimiento con el niño era causante de muchos problemas, entre ellos problemas en los arcos dentarios provocado por una mordida abierta. Esto trae como consecuencia problemas severos por la posición que adopta la lengua en los puntos de articulación cuando uno emite las consonantes que se articulan en esta área. Entonces, una mala posición de la lengua durante la deglución traía problemas para el crecimiento y el desarrollo, para los arcos dentarios y afectaba de alguna manera también la masticación. Entonces ya no se relacionaba esta área sólo con masticación, sino que también tenía elementos de fonoarticulación, de deglución, de gusto y olfato y también con la estética.


¿Cuál es el equipo multidisciplinario que trabaja con pacientes de esta área?

Se trabaja con dentistas, fonoaudiólogos, kinesiólogos, otorrinolaringólogos. Cada uno en su campo, en su saber hemos ido aprendiendo y dentro de esa área, yo como dentista, a través de los años me he relacionado con colegas de la profesión, especialmente ortodoncistas, que son los que ponen frenillos, y odontopediatras, que son los que atienden niños. Esas son dos especialidades de la odontología que se interrelacionan muy fuertemente con fonoaudiólogos y kinesiólogos. Entonces, dentro de esa área de relación de profesiones me ha tocado aprender mucho de un kinesiólogo que se llama Mariano Recabado. Con él, aprendí mucho de que esta cosa no es aparato masticador (se toca la boca). El partió a comienzos de los 80’ enseñando a los dentistas que cada cosa que hacíamos adentro de la boca afectaba la relación cráneo-columna, de hecho hoy en día sabemos que si yo coloco un dispositivo aquí (en la boca) afecta incluso hasta la parte baja de la columna, el sacro, entonces es toda una reacción en cadena. Mirando la relación de odontólogo-fonoaudiólogo, con quien más he trabajado ha sido con Pía Villanueva. Ella fue quien me enseñó, por fines de los 80’, que el modo respiratorio es la vía por donde ingresa el aire durante la inspiración, en cambio el tipo respiratorio es la expansión toracoabdominal durante la inspiración, son dos cosas distintas que yo antes pensaba que eran lo mismo. Y, producto de que ella estuvo formando parte de nuestro equipo, pudimos hacer publicaciones internacionales.

¿Cuáles son las publicaciones más importantes?

Hemos publicado harto, yo he hecho la carrera completa, soy viejito. Ingresé como profesor ayudante, después fui instructor, luego pasé a ser profesor asistente, después a profesor asociado y por último, lo más difícil, llegar a ser profesor titular. Pasé todo ese camino y llegué a ser profesor titular el año 1971, entonces en ese andar hemos publicado mucho en distintas áreas, publicaciones en revistas nacionales y extranjeras. Dentro de ellas tenemos publicaciones con Pía, en Colombia y en Estados Unidos, dos publicaciones de la revista Cranio y una en The Journal of Craniomandibular Practice, que es una revista muy buena que está en Internet.

Yo soy profesor y me invitan a dictar en la mayoría de las especialidades de ortodoncia en Santiago, donde damos una mirada a cada una de las especialidades que se complementan entre sí, como ortodoncista, el fisiólogo, el fonoaudiólogo, el kinesiólogo. Esta relación se ha dado porque en el contexto de la fisiología hemos aprendido, por ejemplo, que los músculos del esqueleto son distintos de estos otros (músculos que participan en la deglución), nosotros tenemos una musculatura que tiene una dotación genética que la hace distinta de los otros músculos que se insertan en el esqueleto óseo; como la lengua, que tiene propiedades distintas. Entonces, todo eso hace el acervo de que uno sea un profesional de la salud integrado, de tal manera que en los Congresos, ahora no es de extrañar que hayan fonoaudiólogos presentando, dentistas o kinesiólogos.
En el área de odontología, nosotros como fisiología miramos el aspecto del lenguaje, la parte neurofisiológica. Entonces para ustedes como estudiantes, tener distintos profesionales de la salud como profesores es muy favorable, porque eso les va dando distintos enfoques.
Desde el año 1973 más o menos, que fue cuando el profesor Arturo Manns formó este laboratorio, hemos hecho más de doscientas publicaciones, ahora seguimos trabajando. Partimos nosotros como dentistas, pero durante el tiempo hemos ido aprendiendo de toda la fisiología de toda esta cadena muscular (musculatura facial). A partir del año 2000 estamos trabajando en musculatura supra e infra hioidea.
Es muy valioso cuando se hace ciencia, porque tú aplicas el método científico. Este laboratorio ha generado harto conocimiento a nivel internacional, y yo me doy cuenta de eso porque me citan. Esa es la mirada que tenemos después de los años, de haber hecho harto camino, de entregar algo que no es sacado de libros ni repetido como loro. Ese es un plus que tenemos acá que nos hace sentir orgullosos.

¿Usted estudió aquí en la Universidad de Chile?

Sí, yo estudié aquí. Terminé el curso en segundo año, en el 1971. Y a la semana hubo un concurso para ser ayudante alumno, y yo gané. Así que para el año 1972 ya estaba haciendo docencia. Me recibí el 1975 y ya tenía trabajo, aquí en el laboratorio.
Ha sido una bonita experiencia académica estar en esta área, ha servido para conocer mejor cómo funciona la unidad cráneocervicomandibular, también para entender que la mirada del dentista se complementa con la del fonoaudiólogo y la del kinesiólogo, estos tres cada vez están más juntos, es muy bueno trabajar integrado por el bien de los pacientes. La Facultad de Medicina te obliga a tener una mirada de ciencia, el hecho de estar acá te tira para arriba, sin este laboratorio no podríamos haber publicado. Acá en este programa, el que no publica literalmente se muere.
Yo soy dentista pero hago la asignatura de fisiología a fonoaudiología, kinesiología, a enfermería, obstetricia y medicina, lo cual me obliga a ser profesional en lo que haga. Esta Facultad de Medicina es para sentirse orgulloso.

¿Las publicaciones que ustedes mandan al extranjero se hacen primero aquí en Chile?

Sí, todo se hace acá. De hecho el camino que hemos hecho siempre, que es muy bueno, es de las tesis. A veces empezamos con tesis de pregrado, otras de magíster, de especialistas. Esto involucra que los alumnos hacen la tesis, presentan en Congresos o en una Asociación Científica y termina en un paper, en una publicación. Algunos de estos alumnos se quedan acá en el laboratorio como ayudantes, o sea, todo lo hacemos aquí.
Hoy en día es muy fácil hacer ciencia por Internet. Nosotros hicimos los primeros paper a mano, en un block. Luego de escribir a mano todo, se lo pasábamos a una secretaria, quien las transcribía a máquina de escribir. Y una vez que teníamos la parte experimental, yo usaba un block milimetrado donde hacía los gráficos. Primero en español y luego en inglés. Todo esto demoraba mucho la publicación de un paper, nuestras primeras publicaciones eran heroicas. Ahora, todo se hace en el computador.
Con los años ha habido harto reconocimiento para el laboratorio, a mi me han invitado a ser revisor de revistas norteamericanas y europeas. Esto de los paper es todo un mundo, cuesta harto, hay que ser muy “machaca”. Cuando llegan las críticas hay que tener coraje, en las buenas y en las malas. El mundo de la ciencia es mundo difícil, tú con plata puedes comprar de todo, menos un paper. Los paper te quedan en el intelecto. Entonces, saber que cada vez que saltas una valla, que aparece un paper tuyo y se ve en todo el mundo es muy rico. Tener la posibilidad de participar en todo un proceso, es precioso, pues a la larga se mira el camino andado, con todas las vivencias y los chascarros.

¿Qué opinión tiene con respecto a la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Chile?

Esa escuela es de hace muchos años, y eso tiene una gran ventaja. Yo me he podido dar cuenta de la labor fecunda que han hecho las directoras de la escuela, porque muchas veces esta labor de dirigir no es una cosa solamente administrativa. En Fonoaudiología han tenido gente muy buena que ha hecho que la escuela esté en la posición en que está. A veces pasa con las autoridades que se toman medidas administrativas no muy cuerdas, y eso provoca que gente valiosa desde el punto de vista humano se vaya, entonces un director de escuela será bueno cuando logre captar gente buena y hacer que se quede. Ustedes están muy bien con esa gente, la de Fono, es gente motivada, buena onda.

¿Usted hizo clases en Fonoaudiología cuando comenzó como docente?

No me acuerdo (se ríe), ha pasado mucha agua bajo el puente, no recuerdo exactamente cuándo empecé a hacer clases en fono. Yo creo que son muchos años…con 35 años aquí, yo soy más conservadito pero por dentro el kilometraje está, jajaja.
Desde el año 1975, empecé al tiro con Fonoaudiología...del 1975 al 1994, o sea desde siempre. Ser ayudante alumno era asumir de inmediato la responsabilidad docente. Después vino toda esta documentación de que para hacer actividades prácticas había que estar recibido, pero en mi época no.

¡Muchas gracias por esta grata entrevista!.

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Motricidad orofacial Diseñado por Ipiet y adaptado por Ingrid Lizama G.